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miércoles, 31 de marzo de 2010

LA INTERPRETACIÓN DE SUEÑOS EN LA PSICOTERAPIA

Es común que las personas que asisten a psicoterapia no cuenten sus sueños al terapeuta. La mayoría ni siquiera consideran la posibilidad y es comúnmente el terapeuta quien les informa que los sueños son una herramienta de trabajo invaluable. De hecho, la sistematización de la psicoterapia se inició de forma profunda por medio de la interpretación de los sueños y hasta se consideró, en sus inicios, que la psicoterapia consistía en la pura interpretación de las experiencias oníricas.
 
Hoy, la interpretación de los sueños está en crisis. A pesar de que muchas líneas de psicoterapia consideran los sueños como parte importante de la psique humana, las personas no dejan de lado la idea de que sus sueños son “sólo sueños”, imágenes azarosas sin un significado. O bien, hay quienes lamentablemente creen que los sueños son dones de Dios o contenedores de un profundo sentido profético. Los libros esotéricos sobre el significado de los sueños inundan las librerías.
 
Otra postura, quizá la más común de todas, es la del interés superficial: aquellos que, con una divertida sonrisa en su rostro, piden que se les interprete un sueño como si fuera algo gracioso, curioso y divertido. Les importa un bledo el significado, sólo quieren conocerlo por una especie de curiosidad morbosa.
 
Pues bien, los sueños no son imágenes azarosas, ni residuos de la mente, no son proféticos, ni dones de Dios y no son una herramienta para divertirnos alrededor de un capaz intérprete. Los sueños son una herramienta de trabajo del profesional de la salud mental y su uso real es el de la curación psíquica. Un sueño que no se interprete con la intención de un  trabajo psicoterapéutico es una curiosidad tan inútil como conocer el número de ciudadanos de Constantinopla en el Siglo VIII.
 
En muchos casos, hay pacientes que logran los mayores avances por medio de la narración y la interpretación de los sueños. Y es que los sueños son muy ricos y muy nobles. Los sueños sirven para el diagnóstico, para medir la eficacia del tratamiento, para la comprensión de los sentimientos del paciente, para recuperar pedazos de su pasado que han sido olvidados, para comprender sus problemáticas actuales, entre otras finalidades.
 
Los sueños han sido por muchos siglos de harto interés para la especie humana. Desde la historia de Gilgamesh podemos ver que la humanidad se ha preocupado por lo que significan sus sueños y la naturaleza de la procedencia. Desde los griegos con el templo curativo de Esculapio hasta los hebreos con sus sueños proféticos inspirados por Dios, todas las civilizaciones del pasado pusieron sobre la mesa su teoría sobre la comprensión de los sueños.
 
Científicos modernos también se lanzaron con pasión a comprender los sueños, y fue de entre estos científicos de finales del siglo XX que surgió el estudio más exhaustivo sobre el significado de los sueños. Poco antes de que terminara el siglo XIX, Sigismund Freud comenzó a escribir la que muchos consideran su máxima obra: “La Interpretación de los Sueños”. La obra se publicó en 1900 y sufrió de cambios y actualizaciones durante más de veinte años, para adecuarse a los nuevos descubrimientos sobre el sistema psíquico.
 
Desde entonces, otras líneas terapéuticas han buscado interpretaciones alternativas, algunas apoyando la visión de Freud y otros proponiendo una visión completamente distinta. Sin embargo, la aportación del psicoanálisis a la comprensión de los sueños es, hasta hoy, el acercamiento más claro, profundo y coherente a los mecanismos de la formación onírica.

Bueno, y todo esto que dice… ¿a mí para qué me sirve?, podría preguntar alguno. Pues muy fácil: Cuente sus sueños en psicoterapia. No espere a que su terapeuta le pregunte si usted recuerda sus sueños, cuéntelos. Verá todo lo que descubre y verá cómo, si se propone usted trabajar con sus sueños, seguramente tendrá sueños más vívidos y los recordará con más detalle. Su proceso terapéutico se enriquecerá con sus sueños.
 
Si, lo entiendo, podrían decir entonces, ¿pero qué pueden decir mis sueños que no pueda decir yo estando en terapia? Es una gran pregunta y para contestarla tendré que simplificar de manera burda el proceso onírico. Cuando estamos despiertos hay cosas que no recordamos o que, si recordamos, no queremos comunicar por su naturaleza vergonzosa, o porque nos causa culpa, o porque tenemos miedo de lo que el otro pueda pensar de nosotros (sí, incluido el terapeuta). En los sueños, todos esos contenidos de nuestra mente que no queremos ver o comunicar están disfrazados y por ello no tememos comunicarlos. A nadie le asusta comunicar sus sueños (aun si fueren pesadillas), pues las personas hablan de sus sentimientos y las imágenes nocturnas con toda la confianza de que fue sólo un sueño. Los contenidos, entonces, superan el olvido y la intención de ser mantenidas como un secreto.
 
El terapeuta, que sí comprende lo que significan los sueños, puede entonces trabajar con los contenidos de su paciente sin mayor bloqueo o bache que irrumpa en el tratamiento como un estorbo insondable.
 
¿Y qué tan difícil es? Pues mucho muy difícil. Interpretar sueños no es un don, no se nace con esa capacidad ni se aprende en un curso de dos meses. La correcta interpretación de los sueños exige mucho del terapeuta. No sólo el conocimiento teórico sobre los procesos de formación onírica (que son mucho más complejos que la simple traducción de símbolos, que es lo que muchos libros esotéricos de sueños proponen), sino muchísima práctica y ensayo, además de la propia comprensión que tenga el terapeuta de sus propios sueños y de su sistema psíquico.
 
Por eso, cuando lean un libro de símbolos de sueños (de esos que dicen que si sueñas con X animal significa que en el futuro pasará Y cosa); cuando alguien parezca interpretar sus sueños de manera fácil; cuando alguien interprete de manera general (“hay algo que te lastima mucho”), sépanse que eso no es una interpretación eficiente, adecuada ni terapéutica. Sólo dentro del desarrollo de una psicoterapia la interpretación onírica toma su forma profesional y correcta.
 
Cuenten sus sueños, no se asusten de su contenido. Lo único que pueden mostrar, detrás de todos los disfraces, es quiénes son ustedes. Y todos los seres humanos somos quienes somos, nos guste o no, queramos ocultarlo o no. La psicoterapia le da la bienvenida a seres humanos completos, no sólo a sus partes bondadosas. Todas las personas, como la luna, tenemos un lado oscuro. Nuestros sueños suelen ser una visita a ese lado desconocido, y depende de nosotros tener el coraje para mirarlo de frente u ocultar lo que vimos y pretender que sólo somos la mitad de quien realmente somos.
 
Cuéntenle sus sueños al psicoterapeuta. Mientras tanto, me despido, pero no sin antes desearles que tengan un sueño que les resulte reparador y constructivo.
 
Enrique Sánchez.
Psicoterapeuta de Adolescentes y Adultos
0445554126304

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Siempre es importante tener herramientas que nos habran las puertas a mundos que son distintos a los nuestros, y muchas veces necesitamos quien nos ayude a abrir una ventana para mirar hacia nuestro propio mundo, esa es la labor de profesionales de la educacion y de los profesionales de la salud mental.


Este espacio esta creado para lograr ese intercambio, abrir nuevas visiones y experiencias hacia lo que desconocemos o no vemos con facilidad y lograr con eso la construccion de nosotros mismo y con eso contribuir un poco hacia la construccion de un mundo un poquito mas cercano a lo que nos imaginamos y por lo tanto que quede mas colorido que cuando lo encontramos.

así que comencemos la aventura, y solo me resta decir, ¡Bienvenidos a todos!

Erendira E. Garcáa Guzmán.
Directora tecnica.